jueves, 15 de septiembre de 2011

Séptimo capítulo

De repente la puerta se abrió eran los chicos.
Louis se separó rápidamente de Zaira y se levantó.
-¿Zaira dónde te habías metido esta tarde?-dijo Pedro enfadado pero contento por verla allí.
Mientras cenaban Zaira les estuvo contando todo lo que paso y de las fotos que les hizo a Louis y Harry.
Louis estaba como ausente, en su mundo, Zaira se dio cuenta pero tampoco le dio mucha importancia.
Cuando todos estaban acostados Zaira bajó a beber un vaso de agua y en ese momento llegó Harry con una gran sonrisa en la cara.
-¿Harry? ¿Eres tú?, me había asustado-dijo Zaira sonriendo.
-Si soy yo-dijo él hablando muy flojito.
-¿Por qué has llegado tan tarde? Ya están todos acostados.
-Pues porque he pasado la mejor noche de mi vida-dijo sin poder evitar sonreír como un niño.
-¿Y eso? ¿Qué has hecho?
-Pues… ¿viste la chica que vino esta tarde?
-Sí, claro.
-Bueno pues la conocí en un concierto y nos intercambiamos los números de teléfono y bueno hoy ha venido a buscarme y estamos saliendo.
Harry estaba muy feliz, se le veía encantado con esa chica, se paso dos horas hablando con Zaira, contándole todo lo que había hecho con su nueva novia esa tarde.
Louis estaba en su habitación no podía dormir, no paraba de pensar en lo que había ocurrido con Zaira. Casi no la conocía ¿Por qué la quería besar? Él mismo se dio cuenta de que le gustaba mucho Zaira que era una chica increíble, muy simpática, guapa y además le hacía reír a todas horas.
Louis decidió levantarse e ir a hablar con ella pero cuando llegó a su cuarto vio que no estaba y al llegar al salón se la encontró con una sonrisa de oreja a oreja hablando con Harry, no quiso molestarlos así que subió a su habitación y se acostó.
No paraba de pensar una cosa, que Zaira estaba loca por Harry, ¿Pero cómo había llegado a esa reflexión?
Louis era un chico muy inseguro y para él era indudable que una chica como Zaira nunca saldría con él. No se daba cuenta que él era perfecto, un chico increíble y que además desde lo que había pasado esa tarde Zaira pensaba en él de otra manera.

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